sábado, 10 de enero de 2015

TU ERES DUEÑO DE TUS ACTOS



Nunca culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie porque tú, fundamentalmente, has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes de tu ambiente o de los que te rodean. Hay quienes en tu
ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas o malas según tu voluntad y la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para triunfar. No te quejes por tu pobreza o por tu salud o por tu suerte; enfréntalas con valor y acepta que de una manera u otra, son el resultado de los actos y la prueba que has de ganar





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