viernes, 17 de abril de 2015

Alimentación saludable: Los alimentos orgánicos



¿Debemos comprar los pepinos baby cultivados localmente, cuyo tamaño uniforme delata que no son orgánicos o debemos escoger los que están al lado con una etiqueta que prácticamente grita “Soy orgánico. Comprame y todo va a ser más saludable y ecológico”? No es una decisión fácil. Y a casi una década desde que lo "orgánico" proyectara su imagen de comer avena, frutas y nueces y se convirtiera en tendencia, las cosas son más confusas que nunca.

La trampa del slogan


En el momento en que algo se convierte en un slogan, existe el riesgo de que lo que realmente significa se pierda en la publicidad. Por qué comprar algo “orgánico” por el mero hecho de que diga orgánico. Algunos agricultores locales son orgánicos en todo excepto en el nombre, por lo tanto, antes de decidir pasarlos de largo, preguntales cómo se manejan con el uso de fertilizantes, pesticidas, etc.

¿Nosotras somos el problema?


Si estamos decididas a comprar arándanos, tomate pera, o una pata de cordero, la mayoría de nosotras las comprará sin pensar si están en estación o no. La forma en que compramos y comemos está unida difícilmente al tipo de sistema de agricultura y comida que tenemos. La razón por la cual los productores de alimentos orgánicos se industrializaron fue para poder cumplir con las expectativas de los compradores de supermercados o del comedor industrial. El comedor industrial espera contar con frutillas los 12 meses del año.

¿La conclusión?


Cambiar la forma en que comemos parece ser el primer paso lógico para cambiar el sistema. Ir al mercado o a una granja con la idea fija de lo que vas a comprar no tiene sentido: Es posible que las abundantes lluvias hayan destruido la cosecha de lechuga de esa semana, o que una tormenta haya evitado que los barcos pesqueros hayan zarpado al mar.

Es tu comida, por lo tanto podés ser exigente al respecto y podés ser exigente sobre lo que es importante para vos. Decidí si los factores sociales, ambientales o económicos importan más para vos, y después informate sobre qué comer y cómo comprar para promover mejor esa causa. Lo más importante es desarrollar una curiosidad por saber cómo funcionan las cosas. Una vez que estés comprometida con tu comida, vas a ver que estas decisiones son más fáciles.





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